jueves, 5 de noviembre de 2015

La celosía que hizo mi suegro



Ha quedado muy claro. No es un asunto artístico, histórico, patrimonial o logístico; es, simplemente, las ganas que tienen algunos partidos políticos de fastidiar a todo aquello que tenga que ver con la Iglesia. Parece que no hay problemas en nuestra querida Córdoba que ocupen las mentes de esta gente. Ni la economía, ni el tráfico, los impuestos o el desarrollo; no, nada de eso importa. Lo que de verdad llena páginas de periódicos es la titularidad de un templo o una obra menor que se pueda realizar en dicho edificio.