lunes, 10 de noviembre de 2014

Caña al "VOLUME"


El día ha sido largo y difícil. Hay una canción que se repite desde la mañana; no sé por qué, ni tiene explicación, sólo es una canción que hoy se ha enquistado en mis neuronas. Llego a casa, se ha hecho de noche, me cambio y raudo me dirijo al equipo Hi-Fi, nada de pijadas de Apple que suenan a canto de batracio. Corriente, "power on", el disco, volumen al 25% y... empieza Child of Vision, entran los teclados de Davies, pronto la batería. Subo volumen, el Nad se desenvuelve a la perfección con el rango dinámico; los matices y la definición de cada instrumento vuelan por la habitación; los Mission pueden con los bajos sin apreciar la más mínima distorsión, voces de Hodgson suenan a eco lejano, se eleva el tono, entra el piano marcando, casi jazzístico, mientras los ritmos se mantienen incólumes.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Blossom Dearie y la fotografía




Tal vez no hubiera llegado a Blossom Dearie si no hubiera sido por la foto de portada de este recopilatorio de la serie Jazz in Paris de Gitanes. Hace años que lo compré y no fue por otro motivo que la imagen de la portada. 
Había escuchado a Delarie en alguna ocasión, pero me quedó más su voz infantil, tan distante de las divas del jazz, que su faceta de pianista. Colaboraciones en programas infantiles de los cincuenta, su participación en el grupo Les Blue Stars y publicidad no la hacían una de mis predilectas.

domingo, 21 de septiembre de 2014

Soy de la junta de gobierno, perdón



Llevo un tiempo leyendo toda clase de improperios contra los componentes de las juntas de gobierno de las hermandades de mi ciudad. Se les tacha de "trepas", ignorantes, interesados, hipócritas, "come-peroles" o individuos con un insufrible afán de protagonismo. Me quedo corto en los adjetivos y descripciones de estos nuevos “escribidores” que tanto abundan en redes sociales y blogs de medio pelo, pero tampoco es cuestión de macerar, aún más, a esas personas que tanto trabajan por sus cofradías.
Calculo que en Córdoba habrá unas quinientas personas pertenecientes a las juntas de gobierno de las hermandades. Además, cabe sumar otras que ayudan sin cargo institucional y, por supuesto, aquellas que ya dejaron sus respectivos puestos. En definitiva, un grupo que abarcará unas mil personas… ¿tal vez dos mil? Y ahora díganme, ¿a cuántas de esas personas conocen?, ¿cuántas tienen una repercusión social?, ¿cuántas aparecen por los medios de comunicación o son encumbradas en actos con distinciones? Indudablemente, una minoría. Por otra parte, quien conociera la semana santa de Córdoba en los años setenta podrá comparar la situación de aquellos años con la actual; si no, sólo hay que leer y preguntar para llegar a darse cuenta de lo descorazonador que era pisar la calle un día 

miércoles, 27 de agosto de 2014

Desastre en Frómista



Nos situamos en Palencia, en la localidad de Frómista y, allí, podremos contemplar una de esas joyas arquitectónicas que aún permanecen en pie: la iglesia de San Martín de Frómista. Construida en el siglo XI es una de las mejores muestras del románico y su conservación es excelente; aunque bien es cierto que en el siglo XIX fue reconstruida en parte, pero, excepcionalmente, se hizo un buen trabajo, eliminándose aquellos edificios añadidos que la rodeaban y amenazaban con la ruina del templo.
Sin embargo, en el siglo XXI, se vuelve a cercar esta iglesia. Ahora los protagonistas son las "viviendas unifamiliares" y la irresponsabilidad de Ayuntamiento y Junta de Castilla-León.
El cimborio, los arcos de medio punto, los capiteles y canecillos, tendrán que ver muy cerca las evoluciones de grúas y albañiles, que dejarán para la posteridad al aluminio y el gotelé junto a piedras milenarias.



viernes, 8 de agosto de 2014

Pánico


La catadura moral de nuestra sociedad se desmorona sin posibilidad de redención. Tanto personaje viviendo en el pesebre egoísta de la subvención y el "tengo derecho" no podía producir más que repugnantes comentarios ante cualquier acto de valentía social y, más aún, si quien se beneficia es miembro de la denostada iglesia católica.
Resulta paradójico que la opinión sobre la repatriación del cura Miguel Pajares desde Liberia se desgrane en costos económicos del viaje, peligro de infección en España o uso del hospital Carlos III de Madrid donde ha sido ingresado. La cobardía, las melindreces, la odiosa comparación y el aburguesamiento cómodo e insolidario producen esperpentos como los que hay que leer en internet. Hay quien se queja del coste económico del traslado y que seguro aplauden cuando se desentierran huesos de la guerra civil; otros hablan de la ocupación del hospital por esta persona mientras que los pacientes tienen que esperar un mes para operarse de una uña; también hay quien dice que, siendo

domingo, 20 de julio de 2014

Cofrades-sorpresa



Es verdad, cada día me sorprenden más esos personajes que habitan nuestras hermandades o que revolotean alrededor.  No sé si obran de mala fe, si están sugestionados por la ruin condición de buena parte de nuestros políticos o si tienen intereses espurios inconfesables que se revelan como pequeñas luchas de poder por alcanzar estratos más elevados en este aburrido mundo cofrade. También pudiera ser que se hayan imbuido de cierta prensa amarilla que pretende cada día levantar de su asiento al receptor del mensaje, insuflándole vientos de corrupción, de habladurías o de interpretaciones torticeras próximas a la “conspiración universal”.
El caso es que aquí cada día nos encontramos con una historia diferente, en la que el punto de mira se desplaza encarando al primero que se les ocurra. Bien es cierto que la libertad de expresión es un derecho indiscutible, que la crítica es necesaria para mejorar muchas de las acciones que se llevan a cabo, que no está de más remover un poco las aguas para que el lodo no se asiente y que incluso es deseable cierto aire fresco renovador de pertinaces personajes y enquistadas costumbres. Lo que no puede admitirse es el casco de guerra y la ametralladora bajo la capa de paz de quien dice ser cofrade y gente de iglesia.

sábado, 14 de junio de 2014

España, país de derribo


No veo el futuro. Somos un país enfermo.
Cansados de ser España. Cansados de la monarquía. Cansados de la democracia. Cansados de pagar y de trabajar. Cansados de las catedrales. Y, desde ayer, cansados de los campeones del Mundo.

lunes, 21 de abril de 2014

Gracias, bares de Córdoba.


Tuvimos un gran Jueves Santo, un día inolvidable y vivimos momentos dignos de las mejores semanas santas que atesoramos en nuestra memoria. Acompañó el buen tiempo, sí, pero éste parecía ansioso de brindarnos una jornada tan hermosa que incluso se excedió en lo que a temperatura se refiere. Superamos los treinta grados durante una tarde-noche que no mostró el frescor de los atardeceres primaverales. En tales circunstancias, los

martes, 18 de marzo de 2014

Silencio en el templo


Necesitamos silencio, reposo, reflexión. La algarabía es tal que no hay sitio ni situación que nos libre del infernal ruido que nos rodea. ¿Acaso nadie sabe modular sus expresiones, silenciar la voz, musitar?
A mí me enseñaron a susurrar en el interior del templo, a no pasar del bisbiseo y sólo para comentar aquello que era estrictamente imprescindible. También me enseñaron a no señalar, sentarme derecho o no volver la cabeza hacia atrás; porque estaba en la iglesia, en un lugar de oración donde se debía expresar el máximo respeto y decoro. 
Me aturde entender una conversación, que resuene una voz, una risotada escandalosa o una estúpida palmada y, sin embargo, los cofrades cada vez son más dados a comportarse en la iglesia y en presencia de sus titulares como si la confianza por el hábito les hubiera relegado su respetuoso comportamiento a momentos muy determinados en los que hay que airear la parafernalia protocolaria. Sin embargo, no se dan cuenta de lo difícil que resulta enhebrar una oración, ahondar una reflexión, reconquistar un recuerdo o, simplemente, abandonarse ante la belleza de una lágrima o la tragedia de una gota de sangre. No, señores cofrades, no es posible decir Madre cuando alguien, muy cerca, recopila a voz en grito y con soniquete de tabla de multiplicar los nombres de las marchas que se tocaron en el último certamen de bandas; ni tampoco puede uno dejarse caer por las volutas de un bordado si alrededor el movimiento es continuo, llegando al colmo de la exasperación y rozando el colérico exabrupto cuando alguno que otro se coloca en nuestro campo de visión con codos alzados y manos sujetando el maldito aparato del "fotomensaje" que, para plenitud y apogeo del mismo, le lanza un silbido musical al Señor, indicando que al otro lado de la línea alguien ha sido muy oportuno con su mensaje.

P.D. Inspirado en el día de la fecha al leer este interesante artículo de Antonio Varo.

martes, 18 de febrero de 2014

El cofrade cebolla



La primera capa es más bien oscura: el traje. Le hace ser circunspecto, serio, almidonado, distante y comedido. Así va a su quinario o al pregón, diríamos que a cualquier acto, por muy informal que sea. No hace comentarios públicos y es “persona de orden”. Besa las manos sacerdotales y estrecha con jactancia la de políticos afines y contrarios.
La segunda es una capa de ida y vuelta. No sabemos bien la tendencia del personaje. Vocifera contra la Iglesia y la clase política, a unos porque le han prohibido taladrar el retablo del altar mayor para colgar sus doseles y a otros porque no le aumentan la subvención que también dan a peñas y carnavaleros. Aun así, al final se doblega y con un "qué le vamos a hacer" sigue adelante.
La más profunda tiene un tono más claro, también más sucio. El cofrade se mueve en su ambiente más ufano, rodeado de los suyos y se descubre tal cual es. Depotrica contra todo y contra todos, no ve nada positivo ni bien, pero, eso sí, de su casa hermandad hacia afuera, porque para él la perfección tiene nombre: su cofradía. Cualquiera le dice que su Virgen va mal vestida o que su Señor tiene mala pinta; se juega uno el físico, aunque, pasados unos meses, acabe promoviendo el cambio de vestidor o encargando una nueva imagen cristífera. Claro, que todo lo anterior siempre que esté en el grupo dirigente, porque si es opositor en candidatura derrotada no dejará títere con cabeza ni en su propia hermandad.

¿No es verdad que todos somos un poco cebolletas?