En Allande, Asturias, la iglesia de Santa María de Celón guarda tesoros en forma de frescos en sus paredes. No fue posible visitarlos por estar cerrada y nadie sabía cómo abrirla, pero su exterior guarda la memoria de un peregrino que hace mucho tiempo, mató al cuélebre que se colaba por un agujero en su interior y devoraba a los monjes que estaban allí enterrados.
Cine, fotografía, literatura, jazz, educación.... todo lo que se me ocurra. Sin guión.
lunes, 22 de agosto de 2016
La leyenda del cuélebre
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