viernes, 23 de noviembre de 2012

Clint y la política




—Yo soy liberal en la forma tradicional en que lo eran los republicanos en el pasado. Es decir, apoyando a un gobierno más pequeño, que deje a la gente tranquila sin que sea la policía de los ciudadanos. Y, por otro lado, creo que habría que gastar menos. Si tienes diez dólares, puedes gastar diez, no doce y pedir prestado. Hay que vivir de acuerdo con tus posibilidades, tanto la gente como el gobierno. Pero no aprendemos, y eso que hemos tenido a lo largo de la historia muchas lecciones. Es increíble comprobar lo estúpida que puede ser la humanidad, porque seguimos repitiendo los mismos errores una y otra vez.


Clint Eastwood

http://www.abc.es/cultura/cine/20121123/abci-clint-eastwood-increible-comprobar-201211221809.html

martes, 6 de noviembre de 2012

Arena




Me sigue preocupando el asunto de la responsabilidad o, mejor dicho, la ausencia de ésta y la derivación de la misma como si de un trasvase fluvial se tratara. Pasan los años y me voy dando cuenta de lo infantil e inmadura que está resultando ser nuestra "sociedad del conocimiento", como gustan en llamar todos esos nuevos pensadores de aluvión.
El espectáculo bochornoso del lanzamiento de responsabilidades a quien pase por allí ya ha comenzado en Madrid a raíz de la tragedia del pasado miércoles. El Ayuntamiento culpa a los organizadores, estos a un individuo que lanzó una bengala y un sindicato de policías que aparece por allí cierra el círculo responsabilizando a la corporación municipal. Seguramente todos tendrán parte de culpa en lo sucedido, sólo se habrán considerado criterios económicos y nadie querrá ahora que le salpique la mínima gota de sangre de las fallecidas.
Sin embargo, hay algo más. He escuchado, visto y leído los testimonios de los jóvenes que acudieron a ese espectáculo y me llenan de estupor ciertas impresiones que transmiten: muchos borrachos, botellones previos, sabían que habría aglomeración, gamberrismo, masificación y, además, asistencia de menores, muchos de ellos con carnet de identidad prestado.
Ante esto no puedo dejar de preguntarme si no hay responsabilidad alguna entre aquellos que, viendo y conociendo las condiciones del lugar en el que entraban permanecieron en el interior; si no tiene culpa alguna quienes provocaban el pánico y las avalanchas como forma de divertirse y, por supuesto, si esos padres que permitieron acudir a tal evento a sus "inocentes" hijos no tienen nada que  decir, cuando muchos de los allí presentes eran, por si no fuera suficiente, menores de edad.
La educación es algo más que dar dinero a los hijos alegremente para que salgan, es más que llevarlos a un colegio, es más que salir en defensa de ellos ante profesores, vecinos, amigos o quien sea. La educación tiene un elemento fundamental en el "NO". Ese adverbio que para muchos padres ha dejado de existir.

jueves, 1 de noviembre de 2012

DIFUNTOS & HALLOWEEN

 

 
Llega el día de los difuntos y de todos los santos. Para los que ya peinamos canas la efemérides no deja de ser una celebración asociada a los cementerios, a los nombres algo raritos y a las gachas. En cambio, ya hay quien sólo ve en esto la noche de las calabazas, los disfraces y los maquillajes gore.
Este era el día de felicitar a la prima Obdulia, a los vecinos del pueblo, Eliseo y Adelaida, o a la abuela del primero derecha que se llamaba Clemencia. O sea, que a quien tenía el nombre poco habitual le dábamos las felicidades, por si acaso. Además, era un día de flores, cal, pintura, trapo y lejía, con el propósito de que los yacentes en los cementerios tuvieran una estancia algo más agradable, digamos que, al menos, más decente de cara a la galería; aunque luego cada cual escondiese sus lindezas entre los huesos comidos por el tiempo. Últimamente, veíamos incluso que los ayuntamientos se esforzaban en facilitar las labores que, mayoritariamente las mujeres (estadísticamente son más longevas que los hombres y, por lo tanto, hay más viudas que viudos), llevaban a cabo en los campos santos, repartiendo escaleras para subir a los nichos, personal para aupar a la señora o incluso cuartetos de música de cámara para hacer la estancia más llevadera (supongo que de los vivos).
Los tiempos cambian, y lo que era costumbre se vuelve antiguo y caduco; pasa de moda y las nuevas generaciones adoptan modelos traídos por quien marca las tendencias mundiales. Las series y películas americanas nos han ido introduciendo Halloween en casa, de manera que lo que es costumbre en aquellas tierras (también en parte de Europa) se ha convertido en moda en las nuestras. Los colegios se apuntan a la tendencia con especial ahinco, organizando montajes que conmemoran esta fiesta y, curiosamente, los padres están encantados, mientras esos mismos ponen el grito en el cielo cuando se trata de hacer un Belén, recrear la Semana Santa o poner un simple crucifijo en la pared de la clase.
Para redondear nuestra decadencia cultural, las madres de hoy ya no hacen gachas, se dedican a poner unas pizzas al horno para saciar a la marabunta de freddys, zoombies y dráculas, que se les avecina en la tarde-noche del treinta y uno.